El Primer día de Clases
Fecha de Publicación: 25/09/2014
MARINA
MONTESINOS y ALEJANDRO GAMBOA DÍAZ
Padres y Directores del Centro de Estimulación y
Aprendizaje agamont en Puerto
Ordaz.
¡Ha
llegado el día esperado! Para todos es un gran acontecimiento, una nueva etapa
comienza, todos llenos de expectativas, ilusiones y nerviosismo.
Llegan a la entrada del centro, el chiquito con gran
expectación por tanto movimiento y novedad a su alrededor, se baja con la lonchera
(a veces más grande que ellos), papá con cámara en mano, no quiere
perder ni un detalle, para atesorarlo en sus recuerdos por siempre, mamá con
cara de sentimientos encontrados, seguro tendrá más tiempo para hacer cosas,
sin tener que estar detrás de esa pequeña criaturita con ojitos picarones y
sonrisa dulce, que descubre el mundo a cada instante, pero a la vez siente que
le va a extrañar tanto que no sabrá que hacer sin él (o ella), además de pensar
si está haciendo lo correcto, si ha escogido el mejor lugar, si va a estar bien
sin ella (o él) … se despiden de la criaturita, dile chao a mami -dice la mamá-
, y a papi -dice el papá-, que quiere guardar el momento en la cámara, mientras
el chiquito (o la chiquita) sólo quiere explorar y jugar en ese nuevo lugar al
que le han llevado... Lo cierto es que es un momento muy especial para toda la
familia…
Ahora bien, desde otro ángulo (el de las maestras y
demás miembros del centro) se observa a una familia hermosa trayendo a su gran
tesoro para entregárnoslos, ¡cuánta responsabilidad!, el corazón inquieto con
deseos de que todo esté perfecto, para que sus nuevos tesoros estén a gusto a
nuestro lado, que los papás se sientan seguros de haber hecho lo correcto…
Pensamos, (al ver jugando a los chiquitos sin llorar) ¡que se vayan ahora, que
están jugando sin darse mucha cuenta de lo que pasa!, ¡no se despidan tanto!,
¡¡¡más fotos nooo!!! …
Y en pocos instantes una escena perfecta podría
volverse todo un caos, tanto despedirse y tanta presión con posa aquí, mira la
cámara, una sonrisita, besos, hacen que aquel pequeñín (o pequeñina) que no
sabía mucho que hacía en ese lugar, se angustie y sienta mucho temor al
quedarse en aquel sitio desconocido en donde su mami tiene cara de que va a
llorar y su papi le presiona de que sonría a cada instante, le dicen tantas
veces ¡adiós!, que no entiende nada y en pocos segundos arranca a llorar y todo
podría volverse gris, papi y mami se van con lágrimas en los ojos, la maestra y
demás miembros del centro se quedan consolando a la pequeña criaturita que no
entiende nada…
Que distinto puede ser la misma escena si los papás se
hubiesen ido cuando el chiquitín estaba disfrutando de explorar ese mágico
lugar al que lo habían llevado, nadie les puede asegurar que al cabo de un rato
no llorará por alguna razón, pero les aseguramos que será muy poco o nada, la
maestra le consolará y pronto se quedará tranquilito(a) jugando de nuevo.
Es recomendable visitar al centro, guardería o preescolar
en donde colocarán a sus hijos con ellos (de esta forma ya no es un lugar
extraño), llevar juntos los materiales escolares y hablar en casa de las
razones por las cuales le llevarán a ese lugar maravilloso en donde aprenderá
cosas nuevas, conocerá nuevos amiguitos y se divertirá. Hay que hablarles de
que ustedes les pasarán buscando al finalizar la jornada y reforzar en forma
positiva. Usted debe estar muy seguro del sitio que escogió: la calidez, el
profesionalismo y la experiencia son buenos síntomas; si tiene dudas, busque un
lugar que le genere confianza, si aún no está preparado para dar el paso
aguarde su tiempo: la adaptación y el éxito del primer día de clases depende en
gran parte de su energía positiva. ¡Éxito!